martes, 2 de abril de 2013

Una nueva Universidad, una nueva Currícula. Para NO estudiar “tranquilos”. Elecciones a Centro y Consejo los días 9, 10, y 11 de abril. Votá a la Cátedra Libre Oscar Masotta.



Siempre existe alguna buena razón para intentar cambiar las cosas. Ideas que van madurando, que se inician en la queja, que luego puede devenir en protesta. Un juego de palabras que el querido analista Fernando Ulloa utilizaba para designar la transición a otro modo de implicación política. Hablaba del cuerpo… de otro cuerpo “no agazapado en el adormecimiento”. Siempre hay razones, pero… ¿acaso importan las razones? En todo caso, como diría Masotta, tener (la/una) razón no delimita de por si una estrategia. Y de eso queremos hablarte en este texto, esbozando una estrategia que dé soporte a una buena razón para cambiar algunas cosas.

Partamos de algo que para nosotros es básico: el estudiante es lo más importante de la Facultad. No es una víctima, y si lo es, conviene no retratarlo como un pobrecito. Porque el estudiante está en la Carrera de Psicología, entre muchas otras cosas vitales, para luego ejercer una práctica con otros. Ese es el eje central de la Facultad: los otros y nuestra práctica. O, dicho de otro modo: nuestra práctica en la facultad, pero siempre proyectada al conjunto social que sostiene nuestra experiencia.

Y con mayor razón en un contexto como el actual, donde los estudiantes de psicología comenzamos a trabajar en Políticas Públicas, en Acompañamientos Terapéuticos, en los Centros de Día, en espacios educativos, más bien tempranamente.

Es evidente que al convertirnos en potenciales –o, directamente- estudiantes/trabajadores en prácticas de lo que se denomina campo de la Salud Mental, nuestro protagonismo no puede ser el de un mero receptor al que evalúan cada tantos meses.  Se precisa otra práctica en la Institución que nos cobija.

Las nuevas posibilidades, anticipan lo que antes era el aterrizaje forzado del graduado. Y la ausencia de un soporte en la Facultad, que la misma no aloje, no interpele, o que no se deje interpelar por las prácticas que producimos los estudiantes, es un síntoma más del aislamiento de la misma.

Nuestra currícula proviene del año ´84. Toda currícula implica también lo que se llama una currícula oculta, que en general combina una reducción, una selección de lo proyectado en la letra, con sanciones y moralizaciones que jerarquizan la diversidad de las prácticas. Esto logra que en ocasiones, un psicoanalista explique una corriente ajena a su práctica no desde el soporte de una experiencia, sino desde la vía des-legitimadora.

Se establecen así ideales, códigos naturalizados, escolarizaciones, pronunciadas como verdades inobjetables.

Además, tengamos en cuenta que han pasado casi 30 años, y que veníamos del terror, donde los psicólogos habían sido expulsados de los espacios públicos. En estos años, se aprobaron nuevas leyes que regulan nuestra profesión, pero lo fundamental es que hay cierto estilo en los psicólogos argentinos, donde las prácticas no vienen dadas necesariamente, sino que son ganadas a pulso. A partir de los efectos, de poder dar cuenta de un trabajo interesante.

Tal es así, que todos los trabajos que realizamos los estudiantes no figuran en ningún espacio con algún grado de importancia en la currícula: ni las Políticas Públicas, ni el Acompañamiento Terapéutico, ni el trabajo con Niños, ni las problemáticas de la Infancia, ni las especificidades del trabajo con las Psicosis, ni los recorridos y experiencias de Movimientos de Desmanicomialización, ni la relación al discurso jurídico…

No decimos que la facultad deba ser la sombra del mercado laboral, pero tampoco puede desligarse del “afuera” desde la indiferencia. Aparte, ¿qué afuera? Si estamos hablando del trabajo de los estudiantes.

Es más: todas estas prácticas tienen fundamentos interesantes, pero eso no quiere decir que en la reproducción en serie, por fuera de las escenas artesanales, no haya muchísimas cosas para cuestionar, incluso reflexionando sobre la mercantilización de la salud, los diseños de las Políticas Públicas, o sobre leyes como las de Salud Mental o la de protección de infancias…

Un poco de Historia: la letra escrita de la currícula se hizo luego de la dictadura militar. Como dijimos, había que reconstruir el espacio público. Con la resaca de la derrota -los ´90- se re-definen nuevos modos de pensar lo público pegoteado con lo gratuito.

Esto se deja ver en las distintas prácticas de las instituciones públicas. Muchísimas prácticas políticas se sostienen aprovechando el estrago realizado por la política neoliberal.
Son los que sólo saben sembrar sospechas, difamar, apropiarse de lo que es de todos, pero no para convocar a la participación del estudiante, sino para ofrecerse como la garantía para que el estudiante pueda “estudiar tranquilo”, porque ellos se ocupan de mantener alejados a los diferentes cucos que ellos mismos construyen.

“Estudia tranquilo” quiere decir: estudia lo establecido, de un modo consumista, recortado, sin potencia, sin marcas, con más repetición que preguntas. ¡Estudia lo que hay!

Si tu preocupación es trabajar, todo esto no te sirve para nada, porque el problema en el año 2013, no es tanto conseguir trabajo en el campo de la Salud Mental, sino poder soportarlo. Poder dar cuenta de una práctica transformadora, con efectos, desde fundamentos éticos, clínicos y políticos.

Ninguna currícula es capaz de garantizar una formación. Ninguna Universidad, ninguna Escuela. No estamos hablando de garantías, estamos subrayando el adormecimiento. Tampoco una nueva currícula puede provenir únicamente de la mano de los estudiantes, pero sí hay que tener bien presente que en la historia de nuestra Facultad, ante cada cambio transformador los estudiantes siempre estuvimos.

Hace tiempo venimos trabajando respecto a la Historia de la Facultad y del psicoanálisis en Rosario. Eso nos llevó a producir un Documental sobre la misma, nos llevó a leer, a escribir, ver las ruinas, las deudas no saldadas… Pero también quisimos ver qué pasaba en otras facultades y nos procuramos las currículas de Psicología en otras facultades de Argentina y de otros países. Todo ese material está a disposición tuya.

No es nuestro plan escribir un proyecto de currícula solos y discutirlo en el Consejo Directivo para pintar luego un afiche. Por eso apostamos a construir otro Centro de Estudiantes: transformándolo, para convertirlo en una usina de ideas, de entusiasmos, para construir un piso mínimo de discusión que permita generar un verdadero cambio. Que se precisa, por nosotros, pero también por las necesidades del pueblo que financia nuestro estudio.

Este año --desde la Masotta-- conseguimos presentar una lista para las elecciones al claustro de Graduados. Y uno de los proyectos compartidos, tiene que ver con la creación de un espacio denominado Psicoanálisis y Estado.

Queremos convocarte a participar de la constitución de una agenda para la construcción de un movimiento de Salud Mental Argentino. No estamos solos, en toda la argentina somos muchos los que tenemos ganas de discutir estas cosas.

De arriba hacia abajo solo se cava un pozo. Pero con la queja sola no alcanza. Sumate a construir otra cosa. Somos parte de la historia de esta institución, porque no es una historia cerrada. Elecciones a Centro y Consejo, días 9, 10, 11 de abril.