Una cosa es estudiar la carrera de Psicología -con sus programas, con lecturas siempre modificables en el tiempo- y otra es cómo alguien construye una posición para ocupar un lugar, para sostener luego un trabajo con otros. No son cuestiones contradictorias, en absoluto, pero a medida que la carrera se fragmenta, se aplasta lo segundo, favoreciéndose una recorrida por los textos -aislados, descontextualizados- sin preocupaciones de método.
Pensar
el efecto de retorno que implica el trabajo de lectura: ¿Qué se hace con la
teoría que leemos? ¿Cómo se relaciona con el análisis propio y con la
experiencia? En definitiva: cómo nos apropiamos de lo que leemos para poder
pensar nosotros y no ser “hablados” por la repetición de la letra escrita.
Y…
¿Qué pasa con lo que pensamos? ¿No se percibe en las aulas cierto tufillo a
censura? Como si a partir de cursar algunas materias, preguntar algo que se
supone básico u obvio lo hace quedar a uno como un ignorante o un estúpido
-cosa que nunca fue así ni para Freud ni para Lacan; basta leer las
correspondencias, o las marchas y contramarchas en los seminarios. Pero de
repente un pibe de primer año se anima a preguntar y los esquemas que parecían
armaditos vacilan. Apostamos a ello.
Por
esto decidimos pensar en una modalidad con una coordinación y textos sugeridos
denominada Seminario-taller, diferenciándola de lo que habitualmente conocemos
como “clase”, en el sentido de que no se trataría inicialmente de sumar y sumar
conocimientos sobre la práctica del acompañamiento terapéutico desde cero sino
que, por el contrario, pensamos en habilitar un espacio para tratar de apropiarnos de lo que ya conocemos -de la teoría, en la
facultad- pero tratando de ir armando un estilo propio: pensar nuestra posición
en el trabajo, ya sea en presente o en futuro.
Apostamos
a que participen estudiantes de todos los años y a generar un clima de
intimidad donde esté en juego nuestro deseo de aprender, no de aparentar.
Además, vamos a trabajar con recortes clínicos, pequeños grupos y puestas en
común. Detenernos a ver algunas películas pertinentes y, a partir de las
preguntas, ampliar la bibliografía y convocar invitados para trabajar específicamente
nuestras dudas. Los estudiantes que tengan experiencias como acompañante
terapéutico y que quieran presentar recortes clínicos podrán hacerlo, pero la
idea es que todos trabajemos, sea preparando un texto, opinando, preguntando…
El Acompañamiento Terapéutico es un nombre que aglutina un conjunto heterogéneo
de experiencias. Corresponde que en la facultad las interroguemos, y desde la
perspectiva de las dificultades de la práctica…
Inscripción: catedralibreoscarmasotta@gmail.com