viernes, 22 de mayo de 2015

Posicionamiento en la Asamblea Universitaria 22/5/2015.

Luego de 4 años de participación política en la Facultad de Psicología, pudimos generar este año una propuesta de gestión con representación en el claustro estudiantil, en el claustro de graduados y en el claustro docente. Esto fue fruto del encuentro de distintas generaciones, a partir de la problematización del estado de nuestra Facultad, en los aspectos ligados a la formación, la producción de saberes, la vinculación con la comunidad y con los equipos que llevan adelante las políticas públicas en el territorio.

Lo que reunió principalmente a los distintos sectores (Encuentro de Producción Docentes/Graduados y nosotros) fue el apoyo a las políticas públicas realizadas desde el Gobierno Nacional, cuestión que se expresa en nuestra integración en el Consejo Consultivo Nacional de Salud Mental y Adicciones, participando activamente de las discusiones sobre el Plan Nacional de Salud Mental, y la implementación de las políticas públicas que se requieren para llevar adelante los objetivos propuestos.

Desde el origen, cuando éramos no más de seis personas, hasta el día de hoy, que somos unos cuantos más, La Masotta ha acompañado al Proyecto Nacional que comenzó con Néstor Kirchner en el año 2003 en las diferentes disputas que ha tenido que librar (los juicios a los genocidas, la recuperación de los fondos de las AFJP, la Ley de Medios, la Ley de Matrimonio Igualitario, la batalla con las entidades agrarias, el No al ALCA, la AUH, la defensa de los intereses nacionales ante los Fondos Buitre, la recuperación de YPF, de Aerolíneas Argentina, la defensa de la soberanía nacional en las Islas Malvinas...), y que este año enfrenta una batalla decisiva: aquella ligada a la posibilidad de continuar y profundizar las transformaciones realizadas o enfrentarnos a un retroceso gravísimo no sólo por la derrota en sí, sino por quiénes son los sectores que están enfrente, y cuáles son las consecuencias de ello en la suerte de los gobiernos latinoamericanos con quienes hemos podido constituir un frente de resistencia a las políticas dominantes en todo el marco global que nos rodea.

Con motivo de la elección de las nuevas autoridades de la Universidad Nacional de Rosario, nos hemos dado una fuerte discusión dentro de nuestro espacio, ya que la fórmula propuesta incluye a un amplio sector del kirchnerismo detrás de la figura de Fabián Biccire como Vicerector. Si bien entendemos que desde el Proyecto Nacional falta recomponer nuevos marcos de legalidad para la Universidad, cuestión por la que venimos participando en los distintos foros nacionales, el kirchnerismo ha mostrado su mejor versión en materia de Educación Superior en la creación y transformación de las Universidades Públicas del conurbano, donde 9 de cada 10 estudiantes inician en sus familias el acceso a la Universidad.

Sabemos que en las Universidades tradicionales estas transformaciones sólo son posibles dentro de una disputa interna. En los últimos años el gobierno nacional brindó recursos como nunca en los últimos 30 años a todas las Universidades. Esto luce en la renovación edilicia de casi todas las unidades académicas, en los polos tecnológicos, en el retorno de cientos de científicos. Pero el desafío que hoy está en juego tiene que ver con la disputa de sentido atendiendo a la necesidad de recuperar el despliegue de lo político que permita a las instituciones públicas ser los pilares de la igualdad de derechos.

En los últimos años se han generado leyes que van en la dirección de proteger y aumentar los derechos de la población, promoviendo cambios de paradigma dirigidos también a las prácticas profesionales que surgen de la Universidad. Algunas de estas leyes han encontrado respaldo en el seno de esta última, como por ejemplo la ley de Medios. Otras, como la Ley de Salud Mental, que pone en cuestión la formación y los modos de transmisión que se vienen llevando adelante de manera casi automática, sólo han encontrado la mera mención en alguna parte de las distintas currículas.

Si realmente consideramos que las instituciones públicas deben ser los pilares de la igualdad de derechos, resulta inadmisible el divorcio de las unidades académicas respecto a las conquistas sociales de derecho.

En función de haber logrado una representación importante tanto en la Facultad como en el Consejo Superior, entendemos que quedarnos otros cuatro años más criticando desde afuera no está a la altura de los desafíos de profundización de la política nacional. Además, creemos que los sectores del kirchnerismo deben ir hacia una mayor articulación de los espacios, y los sectores mayoritarios son los que están disputando dentro de la Universidad.

En esta dirección hemos logrado instalar en la agenda de la Universidad la necesidad de constituir Centros de Práctica Interdisciplinarios que colaboren en una formación de esas características desde el pre-grado. No se trata de nuevas instituciones, sino que se trata de instalar una lógica en la articulación con los distintos estamentos de lo público, que acompañe una de las definiciones más importantes de la ley de Salud Mental, como lo es el trabajo interdisciplinario.

Además, se agendó el compromiso de la necesariedad de un Observatorio de las Políticas Públicas en Infancia, que la Universidad se convierta en parte de la política pública y también en cierto actor que pueda hacer visible las tremendas falencias que encontramos en un tema especialmente estratégico.

Otro de los temas propuestos fue la necesidad de incluir en la relación y el intercambio con los países latinoamericanos los modos de pensar los procesos de Salud, los procesos de Salud y Trabajo, los modos de institucionalizar lógicas que sustituyan las prácticas manicomiales de manera sustentable en el tiempo, las diferentes aperturas para pensar las lógicas comunitarias y las distintas experiencias realizadas en un territorio tan complejo como nuestro continente. La necesidad de profundizar la integración para combatir el avance de la medicalización de la infancia que se ampara en los etiquetamientos de los distintos DSM. ¿Cómo pensar una epidemiología latinoamericana con categorías que no estén al servicio del interés privado y la segregación?

Valoramos los trabajos que se vienen realizando para la prevención de abuso en la infancia, y entendemos que hay que avanzar en la preparación interdisciplinaria para cobijar las nuevas legalidades en esta materia, incluyendo con centralidad la prevención en materia de violencia de género.


Por todas estas razones que pudimos agendar en el dialógo con los espacios del kirchnerismo, es que votamos la fórmula propuesta en la Asamblea Universitaria, para apoyar la gestión de Fabián Bicciré. Entendemos que en este complejo año 2015, se hace necesario fortalecer al kichnerismo para disputar otro modelo de Universidad.

martes, 5 de mayo de 2015

GRUPOS DE ESTUDIO // LA MASOTTA 2015




#1 "Derechos Humanos y Memoria"
#2 "Historiales clínicos de Freud"
#3 "Estrategias sexuales latinoamericanas"
#4 "Infancia y psicoanálisis"
#5 "Políticas y prácticas de desmanicomialización"
#6 "Historia argentina del psicoanálisis"
#7 "Salud y trabajo"
#8 "Lo grupal: Producciones y experiencias"
#9 "Taller de escritura: La prepotencia de la letra, el abuso de la forma"
#10 "Textos breves de Freud"
#11 "Las drogas en psicoanálisis"
#12 "La filosofía en los cruces del pensamiento contemporáneo"
#13 "Locura y Sujeto

  Te invitamos a formar parte de los 13 grupos de estudio que llevaremos adelante durante este año, en el Centro Cultural de la Masotta, en 27 de febrero al 1090. Como decía Charly García: “¡la entrada es gratis y la salida... vemos!”, al menos si situamos que lo que se pone en juego en estos espacios tendrá que ver con protagonizar ciertas búsquedas que vayan delineando un proyecto de formación, que interpele con sus marcas las prácticas que realizamos.

  Los grupos de estudio son parte del modo en que decidimos hacer política. Ensayamos esa apuesta desde hace tiempo, entendiendo que preguntarse por la formación no es necesariamente obsesionarse con cierto slogan de excelencia académica, en general, declamado sin precisar en qué consistiría la misma, ya que sin un fuerte cuestionamiento político a las concepciones que subyacen en la oferta institucional, la misma se transforma en un ideal torpe y vacío bajo el cual pueden incluso ser instrumentadas las peores cosas.

  Se trata en cambio, de discutir y problematizar la formación de una práctica, especifica, y que se lleva a cabo con otros. A veces nos olvidamos de esto, como cuando reducimos el pasaje por la facultad a un tramite molesto pero inevitable, del cual no se podría mas que esperar “una cantidad” de contenidos -siempre mínimos-, los cuales solo luego habrán de ser complejizados en el contexto misterioso de una experiencia que nos enseñara por si misma lo que es al fin y al cabo ser un psicólogo. Esto es degradar no solo el campo de la teoría, sino el de la misma práctica, al reducirla a un empirismo pobre y mágico.

  Es por ello que reafirmamos, contra quienes quieran negarlo -y los hay por montones-, que pensar la formación es hacer política, y no en un sentido abstracto. La formación de una práctica en el ámbito de nuestra universidad, en una carrera declarada de interés público, implica como contrapartida la confianza de aquellos quienes sostienen nuestros estudios. Nos referimos con esto último, esta claro, al pueblo argentino en su totalidad, entre cuyos derechos se encuentra el derecho a la salud mental.

  Venimos del simulacro de discusión de un plan de estudio. Simulacro, puesto que las instancias creadas para dicha discusión no pasaron de ser mas que una mera pantomima destinada a velar un modo sórdido y obsceno de hacer política, el de los acuerdos a puertas cerradas y las promesas de favores, en fin, el de la impostura. Esta vez el campo legal, a partir de nuestra nueva ley de Salud Mental, nos lleva la delantera. Esa ley, con todos los cuestionamientos que se le pueden hacer, es del futuro, mientras que nosotros retrocedimos al siglo XIX.

  La modalidad de grupos de estudio invita a abrir tanto el dialogo, como la polémica, con lo que la facultad transmite, y si bien se realizan fuera de ella, en nuestro Centro Cultural, no son sin ella. No se trata de grupos parauniversitarios (palabra que evoca contextos nefastos de nuestra historia), tampoco son meramente “para universitarios”, puesto que no vamos a los mismos solo como tales, sino también como sujetos políticos, comprometidos con la idea de que la formación es una inscripción de esa misma índole. 

  Los espacios que proponemos están meditados, algunos continúan trabajos iniciados el año pasado o el anterior, mientras que otros configuran nuevas apuestas. No apuntan a las “áreas de vacancia” de la facultad, sino a interpelar sus lógicas. Juntarse a leer, investigar, construir un problema, hacer responder a los textos por las preguntas que abren, interpelarse uno mismo por las prácticas que incipientemente se comienza a desarrollar. Los grupos de estudio propician una modalidad de trabajo con el otro, vertiente que aun hoy, lamentablemente, padece los efectos de aplastamiento propios del individualismo liberal. Se trata entonces, de confiar y volver a suponer una capacidad al compañero, en función de una lógica colectiva de estudio, discusión y formulación de problemas.


Para información sobre los espacios, días y horarios, manda un mail a: catedralibreoscarmasotta@gmail.com