El
Plan de Estudio que ha sido anunciado para su tratamiento en este Consejo
Directivo, es presentado con la insistencia de algunas palabras:
Debate,
consenso, construcción colectiva, respeto de los procesos y espacios
institucionales, respeto de las demandas históricas de los distintos claustros.
Creemos
que en relación al Plan de Estudio ha habido dos procesos diferentes que
merecen ser explicitados, para que podamos dar cuenta de la razón por la que no
apoyamos el proyecto que se presenta el día de hoy.
La
gestión definió una metodología, consolidando de esta manera un modo de hacer
política.
Luego
de la sesión de la Comisión de Seguimiento del Plan de Estudio en la que se
presentó una grilla de contenidos mínimos de la resolución 343 y se repartió en
diferentes materias sin tener en cuenta absolutamente nada, comienza cierta
producción en algunos departamentos y la narración oral de que se estaba
gestando un plan. La metodología fue trabajar cada materia exclusivamente con
los profesores titulares, o sea cada particularidad, y no el proyecto
académico-político que implica la modificación de un Plan de Estudio. En lugar
de poner a discutir las bases de un proyecto, las lógicas de articulación y de
tensión, los fundamentos troncales, los contenidos necesarios para los desafíos
del presente, lo que se hizo fue aumentar la dispersión ofreciéndole más partes
al Frankenstein del año ´84.
Es
decir, no se nombró la situación como una respuesta a la urgencia, modificando
de modo sencillo ciertas carencias que se habían señalado, sino que se habló de
la gesta de un nuevo Plan de Estudio, lo que requería necesariamente de un
marco de fundamentación para el mismo. Aquello que hasta el día de hoy permanece brillando por su
ausencia.
Además
de la metodología, estuvo la ejecución de la misma, cuyo resultado fue que en
el mes de junio el sueño era aprobar un plan con 1 voto y 19 abstenciones.
En
relación a los espacios institucionales, el plan que se presenta hoy nunca fue
enviado a la Comisión de Seguimiento del Plan de Estudio, y tampoco se trató en
la comisión de Asuntos Académicos de este honorable Consejo Directivo, como
consta en el despacho de la misma.
Pero
bien: ¿quién conoce el Plan de Estudio?
No va
de suyo, o al menos, no hay evidencias en este sentido, de que la reflexión
sobre el Plan de Estudio se realice en lo cotidiano en el conjunto de los
actores de la facultad. Nos referimos al Plan de Estudio vigente, al del ´84.
Algunos autores que abordan estos temas suelen confesar que posiblemente se
empieza a conocer un plan de estudio recién cuando se lo quiere modificar.
Con
lo cual: ¿podemos decir que la presentación de un Plan de Estudio -que difiere
sustancialmente del que se presenta hoy- realizada en un único día, donde en
cada teórico comenzaba y terminaba sin que hubiera espacio para la
participación, permite que se utilice la palabra debate?
¿No
había que generar condiciones mínimas para poner en juego esta palabra? ¿Brindar
toda una política para que realmente haya debate?
Más
allá del resultado, subrayar esto nos parece importante para lo que pueda
llegar a venir. Porque si permitimos que este proyecto se cobije con estas
palabras... ¿Cómo pensar una instancia realmente transformadora, si todas las
palabras que precisaríamos se hayan desvirtuadas para rodear un proceso
totalmente diferente a lo que hoy se busca legitimar?
La
otra experiencia que señalábamos al comienzo, tiene que ver con nuestro
espacio: la Masotta. Un proceso realizado en conjunto con estudiantes,
profesores y psicólogos referentes, que se entusiasmaron con la iniciativa de
pensar la pregunta por la formación en el ámbito de la Facultad de Psicología.
La
formación, una pregunta que excede el espacio de esta facultad. Pero, ¿cómo
podríamos pensar a la facultad sin esta pregunta? Si lo hacemos, lo que queda
es la inercia y la institución sepultando las preguntas fundantes.
Ese
estado inerte es el que hay que señalar hoy, y dar cuenta qué posición se toma
ante ello.
Desde
nuestros inicios nos encargamos de
generar espacios que abordaran las tensiones, las polémicas, tratar de generar
otra cosa.
En el
año 2011 realizamos las primeras jornadas de “Psicoanálisis, Salud y Políticas
Públicas” -este año vamos por la 4ta edición. Ya desde aquella jornada
explicitamos públicamente la idea de que había que modificar el Plan de
Estudio.
Hemos
llevado adelante seminarios de “Psicoanálisis y Estado”, “Psicoanálisis y Salud
Pública”, “Clínica de lo infantil”; espacios de formación en Acompañamiento
Terapéutico, en Infancia y Psicoanálisis; jornadas varias de Derechos Humanos
que culminaron en el mural diseñado por Miguel Rep que homenajea a los
estudiantes y psicólogos desaparecidos y asesinados en la dictadura civico-militar
del ´76, junto a sus respectivos lugares de militancia; seminarios de Historia
Argentina; jornadas ligadas a la violencia en espacios sociales como el del
fútbol; prácticas de extensión universitaria en escuelas del barrio la Tablada;
espacios con bandas de cumbia; espacios de ajedrez, torneos para once escuelas
del barrio etc. La producción de un documental sobre historias del
psicoanálisis y de la psicología en la ciudad de Rosario.
En
las elecciones estudiantiles del año 2013 introdujimos la consigna: “Nuevo Plan
de Estudio: que haya psicología, que el psicoanálisis no se psicologice”.
El 18
de marzo del corriente año presentamos en la facultad un ante-proyecto de Plan
de Estudio. Nos esforzamos por acotarla en un tiempo determinado, permitiendo
un espacio de discusión cercano a las dos horas. Contamos con la participación de los
estudiantes, más una gran cantidad de docentes, y entre ellos la Decana y otras
autoridades de la Facultad.
El 31
de marzo realizamos la segunda actividad dirigida a los estudiantes. El 25 de
abril, la jornada “Del Plan de Estudio a la Formación”, con Emiliano Galende y
Wanda Donato.
El 20
de mayo realizamos el 4to encuentro relativo al Plan de Estudio: “Un lugar para
el psicoanálisis en la Facultad” con Juan Ritvo, Ángel Fernández y Jorge Gómez.
El 26
de mayo se aprobó en Consejo Directivo un proyecto presentado desde la Masotta
para promover en los teóricos de las materias la discusión por los fundamentos
de las mismas en relación al plan de estudio.
El 4
de julio realizamos el 5to encuentro junto a Leonardo Gorbacz -autor de la ley
de Salud Mental- e Iris Valles. Allí se
trabajó en función de la perspectiva que se abre a partir del eje de las
políticas públicas, trabajando las recomendaciones a la Universidad formuladas
por la Comisión Nacional Interministerial en Políticas de Salud Mental y
Adicciones.
La
propuesta de hoy consolida un modo de hacer política con el que no comulgamos.
Y ese es el eje que queremos destacar a través de este escrito. Creemos que
lejos de dejar abiertas las discusiones que nos debemos, no demarca ningún
horizonte para que ello sea posible, y se enarbolan como promesa los mismos
modos y lugares que claramente han fracasado. Estamos dispuestos a analizar y
discutir un Plan de Estudio con responsabilidad, sin extorsiones ni amenazas de
un clima apocalíptico, que dicen poco de la realidad -la única verdad- y mucho
de la irresponsabilidad de quienes las enuncian.
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