El Poder Judicial es uno de los
tres poderes del Estado, quienes quieran hacer una carrera para
llegar a la función de Jueces deberán ser, en principio, abogados.
¿Dónde se estudia eso? En la Universidad. Si en el año '49 -primer
peronismo- no se hubiera promulgado la gratuidad de la Universidad,
estaría sellado que sólo las clases altas alcanzarían a ocupar
ese lugar del Estado. Esto ocurre en la mayoría de los países
latinoaméricanos: los Jueces pertenecen exclusivamente a las clases
dominantes.
Siempre hay proyectos de elite
que quieren copar la Universidad. Pasa con la medicina, donde los
laboratorios constituyen una corporación que ha tumbado gobiernos,
como el de Arturo Illia, y que hoy en día tienen una fuerza mucho
mayor que la de aquél entonces. Recomendamos leer la carta de
Federico Pavlovsky para comprender la realidad de esta situación.
En las facultades de ingeniería,
los gerentes de las multinacionales se pasean invitados incluso por
agrupaciones estudiantiles y existen currículas diseñadas para
Techint y otras grandes empresas. Respecto a las investigaciones,
algunos decanos han mencionado públicamente que investigan y forman
cuadros para Monsanto.
En otras facultades la misma
acumulación económica de la práctica genera corporaciones con
cierto poder en los colegios profesionales, y de influencia en el
resto de la sociedad.
¿Y en la nuestra?
Freud dijo al llegar a Estados
Unidos, “no saben que les llevamos la peste”.
¿Esa es la línea que le
asignamos a nuestra facultad? ¿Que estaría "empestando"
al resto de la sociedad con su prédiga crítica, generando recursos
humanos revolucionarios, todo lo cual sería intolerable para el
sistema capitalista mundial... y por eso Coneau nos debe frenar?
Si no creemos eso, a lo mejor es
posible tratar de pensar qué está pasando en la facultad con
respecto a la acreditación a Coneau.
Repasemos la anécdota:
En el año 2011, sale Ovide
Menin, entra Manavella. Los votos provienen de las agrupaciones
estudiantiles que suelen ser llamadas "de izquierda". La
gestión se compone de gente de diversas identidades políticas y
son bastantes al parecer. Habrán existido discusiones que
desconocemos, pero lo cierto es que se impuso apoyar la acreditación.
En consejo directivo, los docentes tienen 10 votos, graduado 1, no
docente 1, estudiantes 8. No obstante era potestad de la Decana,
iniciar el proceso de acreditación, o no hacerlo.
Se hizo la particular consulta
no vinculante (idea del pampillón según su documento). Con campañas
donde dichas agrupaciones decían que se iba a cortar la carrera, que
iba a morir el psicoanálisis, etc. Otros decían que el título no
iba a tener valor. Nosotros dijimos que esto era la
Elisa-carriorización de Psicología. La propuesta de la consulta no
movió el amperímetro, votó poca gente, y se aprobó acreditar.
En general cuando una agrupación
vota a una gestión, se debe hacer responsable por las acciones de la
misma. Ahora bien, si además de emitir el voto, se tienen, al menos,
5 cargos en la gestión, es incomprensible la actitud de desprenderse
del acto de la acreditación, acusando por esto a los demás,
intentando borrar las huellas del acto del que fueron partícipes
necesarios.
No se entiende. Si no querían
acreditar, ahora deberían estar aliviados. No salir tan enojados
cuando todos estamos esperando las fechas institucionales para poder
dialogar estas cosas. Lo mismo le cabe al Alde, aunque en menor
medida, con un sólo cargo en la gestión. Cinco por uno.
Las cuentas son simples, todos
los males de este mundo no provienen de la gestión de Laura
Manavella. Si vamos a cumplir 30 años de la currícula que
eternamente todo el mundo dice que hay que cambiar, a esta gestión
le caben 3 años de sostenimiento. Así podríamos seguir en todas
las cosas, el deterioro viene de antes. Es como cuando un equipo está
peleando la promoción, no se le puede echar toda la responsabilidad
al técnico que llegó último, hay que ser serios. Igual tranquilos,
no nos vamos a ir al descenso. Si logramos plasmar la producción que
merodea por fuera de las aulas, en una nueva Currícula, damos la
vuelta olímpica. En el peor de los casos, sigue todo como está, en
la inercia. Y veremos hasta qué década logramos llegar con este
Plan de Estudio eternamente de emergencia, eternamente provisorio.
Ahora bien, si dejamos a un
costado la comedia de las agrupaciones de Psicología, de la que
participamos, y retomamos lo anterior:
¿A qué intereses son
permeables las instituciones educativas? A las corporaciones del
mercado, a las corporaciones profesionales, a las políticas de
educación superior cuando no invierten en las mismas. Prácticamente
a lo mismo que es permeable el Estado.
Sólo que la Universidad utiliza
recursos de toda la población, que luego caen fácilmente en
pequeñas manos corporativas. Con lo cual, salvo que apoyemos el voto
calificado, la idea de que sólo los universitarios deben votar,
deberían estar representados los intereses de todos los sectores de
la sociedad. Al Rector lo eligen unos pocos, a los Decanos lo mismo,
a los que conducen el Estado los vota el pueblo, equivocado o no.
Lo complejo es que ese Estado
también es permeable a lo mismo que la Universidad.
Bajo el velo de la
institucionalidad, lo que está en juego es la política.
Por eso, si no nos manejamos con
el lenguaje universitario que le da valor a la acumulación de
papelitos, colocando la autoridad del saber en ello, toda currícula
es política, toda emisión y toda omisión. Se puede responder de
muchas maneras, se puede maquillar la cosa, o se puede hacer de este
accidente de acreditación interrumpida, la excusa para discutir
temas que urgen desde hace demasiado tiempo...
Por supuesto que participan del
juego otras cuestiones menos misteriosas. Nos referimos a lo que
implica el conflicto. No se puede cambiar una currícula sin iniciar
una serie de situaciones conflictivas en todos los claustros.
Pero sabemos que cuando no se
avanza no queda todo como está, sino que se retrocede.
Nuestro aporte es un
ante-proyecto para una nueva currícula. Es sabido que habrá varias
propuestas y será necesario habilitar la discusión en lo público,
no sólo con los estudiantes y los docentes, sino también con los
graduados, y diversos actores sociales de la comunidad.
Que buen documento, de una extraordinaria honestidad intelectual. Sin los facilismos ni los ocultamientos comunes tanto a la comunidad Psi, como al resto de los actores que integran esto llamado sociedad y sus diversas instancias de interacción. En el caso de la institución Facultad de Sicología, los conflictos de intereses resultan más opacos que en otras unidades académicas que "forman" profesionales funcionales a ideas, proyectos tal como lo descripto aquí. De todos modos, como es dable suponer la sangre no llegará al río, pero sería una gran oportunidad de debate para todos los actores que la Masotta propone y construir una currícula que los vincule de manera más clara con el "afuera". Salute!
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