viernes, 5 de julio de 2013

Análisis de la "marcha de la inseguridad" del 2012 en la Siberia en consonancia con la llegada de Raúl Eugenio Zaffaroni.

En primer lugar queremos transmitir la alegría que nos produce saber que vamos a contar con la presencia del  ministro de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni en nuestra Facultad de Psicología.

El único ministro que votó a favor de la constitucionalidad de las reformas que procuraban una mayor democratización del Poder Judicial.

El ministro que siempre da razones, el que da la pelea respecto al sentido de las cosas que ocurren, el que ocupa su lugar en la escena política, no como otros que creen que no tienen que dar cuenta de sus posiciones como si ellas adquirieran un carácter sagrado por extensión del cargo que ocupan.

Raúl Eugenio Zaffaroni es indiscutiblemente uno de los máximos intelectuales que ha dado Latinoamérica. Y en sus libros nos advierte respecto a los usos del significante “inseguridad” en el gobierno de los sujetos y las poblaciones. Nos advierte de la criminología mediática, de la estrategia política que arranca su fuerza al borrar el aspecto ideológico disfrazándolo de “sentido común”.

El Neoliberalismo no trajo sólo exclusión económica, sino que inundó los espacios públicos de una política cultural. Eso involucra los medios de comunicación, pero también incluye la intrusión en los distintos niveles de la Educación.  Y sabemos que no basta con oponerse a un sistema de pensamiento para romper con la alienación que él engendra.

Desde la Cátedra Libre Oscar Masotta queremos aportar en consonancia con la llegada del maestro, cierta lectura que pudimos realizar de la marcha por la “inseguridad” en la Siberia (octubre 2012). Ahora que pasó cierto tiempo, tal vez podamos relanzar la discusión sin las urgencias que provocan la emergencia reciente de los hechos.

Veamos primero algunos documentos:

BASTA DE ROBOS EN LA SIBERIA!!!

Ante los reiterados hechos ocurridos en la Siberia, donde en una semana se produjeron más de 25 robos, responsabilizamos al Gobierno provincial y Municipal por los hechos ocurridos, nos llama la atención como la Siberia se convirtió poco a poco en una zona liberada para el delito y el narcotráfico, también responsabilizamos al destacamento ubicado en Riobamba a una cuadra de la Facultad por su complicidad ante estos sucesos.
Entendemos que la situación actual que estamos viviendo en Argentina con el alto nivel de desocupación, la inflación de un 30%, el creciente aumento del narcotráfico y de cocinas de cocaina en los barrios son factores generadores de más delitos e inseguridad.

EXIGIMOS AL RECTOR DARIO MAIORANA:

- LA URGENTE IMPLEMENTACIÓN DEL PROYECTO QUE ELAVORAMOS MESES
ATRÁS PARA QUE LOS COLECTIVOS INGRESEN AL PREDIO DE LA SIBERIA.
- ILUMINACÒN TOTAL DEL PREDIO.

EXIGIMOS AL GOBIERNO NACIONAL TANTO COMO AL PROVINCIAL:

- POLITICAS SERIAS DE INCLUCION SOCIAL.
- TRABAJO DIGNO.
- ELIMINACION DEL IVA A LOS PRODUCTOS DE LA CANASTA BASICA FAMILIAR.
- POLITICAS SERIAS QUE ENFRENTEN AL NARCOTRAFICO.
(Documento de Alde. (2012))

El texto proviene de la principal fuerza política estudiantil de Psicología, filiados a una perspectiva de izquierda. Se produce luego de la reiteración de algunos robos en la entrada de la “ciudad universitaria”. Se realiza una marcha con fuerte presencia de estudiantes y medios de comunicación. El Rector recibe en reunión cubierta por los medios a los Decanos de las diversas facultades de la UNR y luego presionando desde los medios locales se reúne con el Gobernador, tomando medidas para satisfacer la demanda de seguridad.

La consigna del documento es clara: basta de robos en la Siberia. No alude la palabra “robo” a las infracciones y triquiñuelas siempre presentes de sospecha en las gestiones de administración de la U.N.R. Tampoco escarba en el universo de las posibles víctimas. El victimario es “ajeno” a la “ciudad universitaria”, y la víctima es el “estudiante universitario”. ¿Pero qué condiciones de posibilidad tiene una “perspectiva de izquierda” para encabezar un proceso de lucha bajo esta bandera? El responsable no puede ser el “victimario”, ya que suponemos que debe tratarse él mismo de una “víctima”. Los responsables son el gobierno Provincial y Municipal por “liberar la zona” para el delito y el narcotráfico. La causalidad del aumento de la  “inseguridad y del delito” es  la situación actual que se vive en Argentina, “con  alto nivel de desocupación, la inflación de un 30%, el creciente aumento de narcotráfico y cocinas de cocaína en los barrios”.

Se le exige al Rector que ilumine la “Ciudad Universitaria” y que los colectivos entren a la misma.

En una entrevista televisiva el Rector Maiorana expresa sus conocimientos en la materia:

“…Toda situación de inseguridad surge de problemas socio-económicos, surge de derechos que no se pueden ejercer, surge de falta de educación. Después hay un porcentaje bastante mínimo que está ligado a personas que eligen el delito como una forma de vida…”  (Url: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=X3XaA7jSjiQ)

La “asentada”, el modo de protesta elegido es tomado por fracciones de distinto color político. En un video[1] realizado por la agrupación Franja Morada de la carrera Ciencias Políticas se le da la palabra a los estudiantes para que “presten su testimonio” en clave de víctimas potenciales, para que muestren su descontento con “las medidas que se toman y no se respetan”. Cercado por estudiantes que portan carteles escritos con fibrones frente a las cámaras, el comisario Godoy, Jefe de la Comisaría 4º, dice que está faltando que los estudiantes denuncien el robo, para saber donde ocurre y reforzar esos espacios. (Url: http://www.youtube.com/watch?v=CKjMnMcMggY)

Martín Felitti, perteneciente a Franja Morada, a la vez que el Rector, insiste con un proyecto[2] de la Concejal Schmuck denominado “corredores seguros”.
Leemos en la nota del diario La Capital:

La concejal radical rosarina María Eugenia Schmuck afirmó que hoy impulsará la implementación de corredores seguros en la zona de la entrada al centro universitario de Rosario para tratar de evitar la proliferación de hechos delictivos que se viene registrando en los últimos tiempos. Entre las medidas incluyó garitas de seguridad mejoras en luminaria y poda e instalar cámaras de seguridad. (Url: http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/Schmuck-quiere-implementar-corredores-seguros-y-camaras-en-la-zona-de-la-Siberia-20120903-0031.html)

Luego de la reunión con los Decanos, el Rector es entrevistado por el programa de 12 a 14 de Canal 3. El periodista le pregunta si van a modificar el turno noche para el cursado. Luego pregunta: ¿por qué los de seguridad privada no están armados? El Rector arroja un dato nuevo: “la Universidad construyó el destacamento policial”. (Url: http://www.youtube.com/watch?v=CZcc0bnLB-g)


Raul Lamberto, ministro de Seguridad, expresa en una entrevista[3] que en el presente se trataba de un destacamento con poca capacidad operativa, pero que se decide en 48hs llevarlo  a 20 efectivos, 2 patrulleros y 2 motos. Aprovecha la ocasión para pedir al Gobierno Nacional un convenio con Gendarmería.

“Que cumplan”, dice el Rector, “no estamos pidiendo un tratamiento especial”. (Url: http://www.youtube.com/watch?v=3yHnQrmV1v8)


Ahora que hemos relevado algunos fragmentos que compusieron la escena política, podemos advertir 2 cosas:

1-      La “inseguridad” se juega en un campo de batalla[4] comunicacional más allá de la intensión de los protagonistas, porque en los tiempos en que vivimos, ése es el ámbito donde el significante “inseguridad” adquiere potencia y clausura de significación.
2-      Siendo que los hechos emergen del borde de la Universidad, y que esto compromete a Estudiantes, Docentes, Decanos, Rector. No se advierte ni un párrafo del guión que tenga cierta especificidad –en el sentido de los elementos de discusión en juego—con respecto a lo sucedido en otras situaciones que atañen a los sectores medios y altos. No aparecen las investigaciones, las estadísticas, lo producido en los foros, pos-grados. No surge la producción de los universitarios Criminólogos y Penalistas.

Por supuesto que esto no quiere decir que en las apreciaciones de los universitarios no se dejen leer consideraciones teóricas de la Criminología Sociológica del siglo XX. Apoyándonos en el libro “La cuestión Criminal” de Eugenio Zaffaroni, advertimos que la mención del Rector ligado a la causalidad del delito debido a la falta de educación se liga a “las teorías de Control”, la mención de que se crían en la villa donde hay narcos y delincuentes se liga a las teorías de “Asociación Diferencial”, por situar un ejemplo.

La advertencia es que en el enfoque algo se hace ver, pero a la vez eso desenfoca otro objeto de la mirada. Pero la escena que se relata no es la primer escena que sucede en la “ciudad”, ya no Universitaria, y eso hace que las palabras estén impregnadas de contraseñas semánticas, paswords que buscan inmediatamente el reconocimiento del otro semejante.

Fragmento de Stand Up por la inseguridad universitaria:

La inseguridad es la de la polis universitaria, es la del universitario, y el responsable es el excluido, por razones de fuerza mayor, o porque pertenece al pequeño grupo que lo eligió como forma de vida… pero… más allá de nuestras consideraciones humanísticas --que las tenemos, porque somos universitarios--, más allá de nuestra comprensión que des-responsabiliza a quién realiza un delito, que lo deja como objeto merced de la política de otro, y que nos embellece el alma porque en “el nosotros y el ellos”, que se estableció –antes de que nosotros llegaramos a la universidad--, no vamos a jugar un burdo lenguaje racista (en algunas carreras leemos el Niño proletario de Lamborghini, y si pasan a la clase les damos unas cuantas monedas). Cuando pedimos más policías y cámaras es para disuadir a las víctimas de un sistema explotador que desplazan la responsabilidad hacia el agente equivocado (el universitario). Es cierto, que nosotros los universitarios utilizamos a veces drogas, pero en rigor, quisiéramos que no estuviera prohibida, lo que les da el negocio a los políticos, los narcos y la policía, nosotros querríamos comprarla en el Coto, que alguna multinacional la prepare como hacen con el tabaco.

El Comisario Godoy:

El Comisario Godoy dice que por la descripción buscan al sospechoso. Escribe Zaffaroni: “…hoy sabemos que la policía selecciona por estereotipos y que estos se forman a través de la comunicación en base a prejuicios en los que juegan un rol fundamental los valores estéticos, siguiendo la regla de asociar lo feo a lo malo. En definitiva se reproduce el mecanismo de la fisiognómica: se define lo feo, se asocia lo malo y se acaba seleccionando lo malo mediante lo feo…”. (Zaffaroni, E, 2012, p 98)

La trama institucional universitaria y representantes concejales argumentan a favor de la preventiva política de la disuasión. Esta política se justifica en que por allí pasan “10000 personas” todos los días. ¿Qué efecto en la subjetividad puede tener en la población que rodea la Ciudad Universitaria, participar colectivamente del grupo sospechado?

Quizá si se definiera la delincuencia en términos lombrosianos la comunidad quedaría menos expuesta. Pero lo que queda claro es que el poder punitivo jugado en la esfera comunicacional es selectivo, no respeta la igualdad, se funda en el prejuicio de unidad valorativa social, no persigue actos sino personas, y selecciona conforme a estereotipos.
 (Zaffaroni, E, 2012, p 152)


En las escenas que hemos podido observar, no prestan testimonio las víctimas de los robos recientes. La víctima se vuelve anónima, y las delimitaciones se ahogan en la fusión se imágenes. De esa manera la distribución de los miedos se ubica potencialmente en todos los universitarios. Jonathan Simon escribió sobre la víctima-héroe. Decía: “la democracia americana está amenazada por el surgimiento de la víctima del delito como modelo dominante del ciudadano, como representante de la gente común, cuyas necesidades y capacidades definen la misión del gobierno representativo” (Zaffaroni, E, 2012, p 157)


En el caso observado, el ciudadano universitario pareciera recibir prejuiciosamente la proyección de una imagen de virtud. Es como si ocupara el rol de un ciudadano que en sus prácticas se espera que sea la referencia de otros. A la vez es sostén de espectros, ideales disímiles, que tienen su origen distintos procesos históricos-sociales. Sin embargo, el universitario, además de todo esto, pasa como “gente común”. Las construcciones valorativas sobre la clase media se aplastan con las construcciones sobre lo universitario. Un camionero puede ganar 20.000 pesos y será un trabajador, un psicólogo trabajando de empleado de un proyecto que no valore será pensado como clase media.

A su vez, no hace falta que busquemos los textos de Althusser referidos a los aparatos ideológicos del estado, para pensar cuál es el ciudadano al que se dirigen los medios de comunicación. Qué composición de clase tienen los trabajadores de los medios—ni que hablar de los dueños--, cuáles son sus referencias simbólicas, cuales son las zonas más oscuras de la indignación sentida por lo que le sucede al ciudadano semejante y cuáles son las escenas que se muestran de la otra ciudad para afirmar “un nosotros” –siempre pagadores de impuestos-- y un “ellos” disruptivo de la amable comunidad.

Dice Zaffaroni:
…el gancho de la comunicación por imágenes está en que impacta en la esfera emocional. Por eso no puede extrañar que los servicios de noticias más bien parezcan síntesis de catástrofes, que impresionan porque no dan lugar a la reflexión… esta interpretación a veces tiene contenidos implícitos, porque la corrección política impide que sean explicitos, como en el caso del racismo, por ejemplo….la criminología mediática crea la realidad de un mundo de personas decentes frente a una masa de criminales identificada a través de estereotipo…el mensaje es que el adolescente de un barrio precario que fuma marihuana o toma cerveza en una esquina mañana hará lo mismo que el parecido que mató a una anciana a la salida de un banco y. por ende, hay que separar de la sociedad a todos ellos y si es posible eliminarlos…no podemos olvidar que la peligrosidad es un elemento de todo discurso genocida: en base a los delitos que algunos cometen –o que se le imputan—se considera que todos los integrantes del grupo son peligrosos y conforme a eso se construye el ellos. (Zaffaroni, E, 2012, p 314)

 Blumberg, máximo exponente argentino de la víctima-héroe precisó en su momento del falso atributo de “ingeniero”. Se nos concederá que ser universitario no resta para la condición de víctima.

Por último, nos queda el documento de la agrupación Pampillón:

Frente a los gravísimos hechos ocurridos en las últimas semanas en la zona Siberia, donde una gran cantidad de estudiantes fue asaltada a la salida del predio del CUR, queremos comunicar:
Que estos acontecimientos que preocupan a toda la comunidad desde hace tiempo, no vienen siendo abordados como debieran por el Gobierno de la UNR como así tampoco por el Gobierno Provincial.
Hace meses el Rector de la Universidad anunció públicamente que se tomarían medidas concretas como la iluminación del Predio de la Siberia, la implementación de corredores seguros, entre otras para garantizar la seguridad de los estudiantes que cursan por la noche.
Esto no se ha garantizado, pero sí se ha aumentado la presencia policial, lo cual lejos de representar una solución a la problemática, la ha agudizado através de la complicidad que mantiene la Policía con las bandas narcos y la “liberación” de zonas para el delito.

Consideramos imprescindible políticas serias por parte del Gobierno Provincial para garantizar la seguridad de estudiantes, trabajadorxs y vecinxs del barrio. Somos conscientes, de que la Universidad lejos de ser una isla, es un reflejo de nuestra sociedad, la cual se ve atravesada cotidianamente y en todas sus esferas por situaciones de violencia e inseguridad. Entendemos que la justicia social es una condición para garantizar la seguridad social. 
Por otra parte, lejos de criminalizar la pobreza o hacerla sinónimo de la delincuencia, como algunas declaraciones del Rector Maiorana parecen sugerir, entendemos que es necesario que la Universidad construya con el barrio que está al lado otro tipo de vínculos, que a partir de políticas de extensión se plantee como objetivo integrar a la institución universitaria y la comunidad.

Este texto abre a que pensemos ciertas cuestiones más propias del lugar que ocupa la Universidad, cuestión que no estaba expresado en los otros textos. Si bien nos quedan algunas dudas, como ser el reclamo por “corredores seguros” y la queja de que en su lugar hay más policías (qué se entiende entonces por “corredores seguros”), comienza planteando que la Universidad no es una Isla, sino un reflejo de nuestra sociedad.

A juicio nuestro, son muchísimas las oportunidades en que la Universidad se comporta como si fuera una Isla, y en cierto sentido, lo que suele reflejar, es a los sectores medios y altos de la sociedad, dicho en otros términos. Pero desde una mirada benevolente, el acento está puesto en quitar a la Universidad del lugar de excepción, del lugar donde todo debería estar asegurado, previniéndonos  del prejuicio de criminalizar la pobreza, etc. (Aunque no del prejuicio de que los participantes de los hechos sean del barrio)

Pero en cierto sentido, el texto muestra que “el barrio está al lado”, es un aparte la Universidad, y para construir “otro tipo de vínculos” se requiere de “políticas de Extensión Universitaria”.

Tal vez en el texto queda aplastado lo que “es”, lo que “debería ser”, lo que “se quisiera que fuera” ligados a los términos que están al alcance en la jerga universitaria, como el de Extensión.

Posiblemente lo que iluminó este episodio –si no fue el predio—sea la pregunta por la Universidad como un aparte (apartheid?) del resto.  Para no extendernos más, dejamos los links de textos nuestros que hacen referencia al asunto.










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