No es sencillo sintetizar una propuesta para los graduados de la Facultad de Psicología,
en primer lugar porque -avisamos desde un principio-, no vamos a hablar sólo de
los graduados, sino que lo haremos respecto a qué pensamos de aquello que se
nombra como Facultad de Psicología.
No nos interesa hacerlo desde lo que se supone que es la facultad, desde los ideales que
desde allí se pregonan, desde el remanido andarivel de lo políticamente
correcto. Nos interesa la Facultad
de Psicología por una cuestión afectiva, por algo deseante que ubicamos allí,
por una historia de lazos, de amistades, de encuentros con otras generaciones
de practicantes del psicoanálisis que nos permitieron comenzar un recorrido. Es decir, nos interesa por lo que es -para nosotros-, pero también por lo
que podría ser…
Jean Francois Lyotard dice en algún lugar que una institución es un grupo de gente que se compromete a no decir en el
recinto lo que se dice en el pasillo. Tiene el mérito de ser al
menos una definición divertida, pero si retenemos la idea de pasillo y de recinto, quizá podamos avanzar en cierta función posible que hoy
ubicamos en el horizonte de nuestra facultad.
Para pensar esto busquemos el contraste con la actualidad, y transportémonos al proyecto de Universidad de
los años ´70. Siempre que se hace mención a aquella época, surge el término pasillo, lejano a cualquier connotación peyorativa: las
discusiones, el saber que allí se transmitía, la impugnación a los modelos de
universidad que no se ajustaban al clima de época reinante… Pero además,
existía otro recinto ya desde los
años ´60: el recordado bar de enfrente o de la esquina -de la facultad-.
Recinto y pasillo, en una tensión
productiva que permitía que los textos críticos ingresaran a las
currículas, no del mismo modo que participaban en el Café, pero sí con la potencia de aquello que se logra como resultado
de una conquista. Y subrayamos esto, porque el problema no radica sólo en encontrar
cierto estilo de textos en la currícula oficial, sino que vale la pena pensar cómo
éstos están dispuestos. A veces, la
estrategia de hacerle lugar a algo, es únicamente para neutralizar su fuerza.
¿Cómo se da esa tensión entre recinto
y pasillo en la actualidad? ¿Existe
aquello o hemos tomado un mal punto de partida?
El Café de la esquina ahora se llama “Bar”,
y distribuye menúes “ejecutivos”. Por allí no avanzaremos mucho. Pero para que
la estructura institucional funcione, del modo que sea, siempre existe recinto
y pasillo, y desde este último lugar, la
Masotta intenta
construir otras condiciones de recinto.
El año pasado trabajamos con unos seminarios pasilleros de Historia Argentina
desde dos ejes: Universidad y Sindicalismo de Base. Comenzamos un Ciclo
de Cine sobre “Desmanicomialización, Política y Psicoanálisis”. Trabajamos en seis
encuentros la temática del Psicoanálisis y la Salud pública y, por segundo año,
llevamos a cabo las “Jornadas sobre Psicoanálisis, Salud y Políticas Públicas”,
con la participación de más de 500 personas. Además, no faltaron encuentros
relativos a la temática de los Derechos Humanos y a nuestra historia reciente,
dándole espesor al proyecto que presentamos y fue aprobado en el Consejo
Directivo, para conmemorar a nuestros compañeros desaparecidos de la facultad junto a sus lugares de militancia.
(Se pueden encontrar las editoriales, desgrabaciones y videos en www.catedralibreoscarmasotta.blogspot.com
)
En estas actividades participaron mayoritariamente docentes de la Facultad de Psicología, y
graduados que realizan su práctica en el ámbito de lo público. Sin recalentar
ningún guiso de “saber establecido”, dando cuenta de una experiencia, de los
obstáculos, de la dificultad en el registro de las condiciones materiales,
históricas, legales e ideológicas en las que una práctica es posible.
Para este año, vamos a
constituir un espacio denominado Psicoanálisis y Estado, que retoma el nombre del panel en que
participó Roberto Gutman, Secretario
de Salud Mental de Moreno, en el Gran Buenos Aires. (http://www.youtube.com/watch?v=VfjaNyr23Y8
)
Y... ¿cómo decirlo?. Para nosotros allí hay un terreno fértil para discutir
políticas anti-manicomiales no meramente bien intencionadas; es necesario condicionar -desde la acumulación política- determinadas políticas
públicas a partir de la constitución de
un amplio y pujante movimiento de Salud Mental Argentino. Para eso la
propuesta es convocar a los trabajadores del área Salud de la ciudad de Rosario
para constituir espacios públicos de discusión, y no sólo con los psicólogos, ya
que pensamos que un movimiento de Salud Mental necesita de un protagonismo más
amplio, de todos los que allí trabajan.
La propuesta es hacerlo en la Facultad.
Por varias razones. En principio, nosotros no concebimos la
relación del graduado con la Facultad
sin cierta relación a la “deuda”.
Por la formación, por la transmisión… deuda con el pueblo que financió el
privilegio de que estudiemos una carrera.
Pero además, pensamos que el graduado encarna cierto lugar “acreedor”: siempre tiene alguna cuenta
por cobrar en la facultad. Siempre le queda resonando un dicho que él querría rectificar.
En fin, es una invitación a Usted señor/a graduado/a, a ensanchar “uno de
los pasillos” que pensamos que interpelan el encierro de nuestra Facultad y de
paso, a la posibilidad de construir juntos algún techo que sirva para que las
prácticas no caminen en la intemperie de la ausencia de interlocución.
Por otro lado, estamos realizando un documental respecto a la historia
del Psicoanálisis en la ciudad de Rosario. Lo cual incluye también un recorrido
por diferentes momentos de la carrera de Psicología, desde su creación en el
año ´54, hasta el corte que realizamos con la última currícula en el retorno
democrático.
Estamos aprontando los textos de las jornadas pasadas para la edición de dos
libros sobre Psicoanálisis, Salud y Políticas Públicas. Algunos textos se
pueden leer en www.catedralibreoscarmasotta.blogspot.com
.
En Abril se dará comienzo a un Seminario-Taller sobre Acompañamiento
Terapéutico. Desde Mayo sostendremos, junto a Jorge Gómez y otros invitados, un
seminario anual de Psicoanálisis con Niños.
En Septiembre contaremos con las 3ras Jornadas de Psicoanálisis, Salud y
Políticas Públicas.
Asunto Concursos:
Con respecto al posible ingreso de los graduados al recinto, consideramos que la pelea hay que dirigirla en el ámbito de los concursos. En un
texto anterior, haciendo referencia a lo que llamamos “características de la universidad-isla”, decíamos lo
siguiente:
En el ´83, había que expulsar a los
profesores “procesistas” de la Facultad. Había que crear una nueva
currícula por derecho propio y como táctica reparadora. Esto se inicia con las
dificultades propias al momento posterior a siete años de genocidio, ¿se
entiende? Hay un contexto… Pero resulta que 30 años después, hay
docentes que se están jubilando sin haber tenido jamás la posibilidad de
concursar -lo que entendemos que es un derecho- Y eso, ¿a qué
obedece? Muchos años después continuaron los “modos de excepción”, ubicando
gente en los cargos sin concurso -y ya eliminados los cargos ad honorem…
Se da continuidad a un modo de trabajo, poniendo en el lugar de “la urgencia”
algo menor, que no resistiría el más mínimo análisis sino fuese porque se apoya
en una memoria-olvido anterior.
Y la “moral” se pronuncia alertándonos
de que estamos hablando de “fuentes de trabajo”, como si eso clausurara la
discusión, cerrando la posibilidad de pensar una perspectiva democrática que
valga para todos; privatizándose lo público. »
A
30 años de Democracia, pensamos que es necesario que cada cargo nuevo que se
habilite en la Facultad
sea otorgado bajo concurso.
Se trata de la modalidad de los ingresos: si rige una legalidad para
todos o si se naturaliza una lógica de influencias. Este es un debate que
también nos debemos con respecto a los ingresos en el Sistema Público de
Salud.
Tanto los estudiantes avanzados, como los psicólogos nos enfrentamos en
ocasiones a condiciones de trabajo muy precarias desde el aspecto de nuestros derechos
como trabajadores, así como desde el tipo de ofertas de prácticas que no
respetan una especificidad. Para situar un ejemplo: suelen existir contratos de
“animadores sociales” para psicólogos.
Es cierto que desde esta precariedad se han podido constituir colectivos
con propuestas reivindicativas, una vez dentro. Con lo cual se establece una situación
paradojal: sin aceptar esas condiciones
no surge un colectivo con una propuesta reivindicativa, pero si se las acepta, se
retroalimenta el funcionamiento de una lógica política.
Quizá si logramos instalar una agenda de debate entre los trabajadores de
la Salud , y los
estudiantes que comienzan sus prácticas, los que empiezan a preguntarse por
ellas, podamos salir de esa encerrona. Porque disputar por condiciones de
trabajo –que primero hay que discutirlas—y por concursos justos, es una
reivindicación política, pero que tiene efectos en cada práctica y por lo tanto
en los modos de vivir de nuestro pueblo.
La lista la encabeza la Psicóloga
Liliana Boccardo, ex-militante de la
JUP en la facultad de Psicología en los ´70. Exiliada con el
golpe militar, regresa a la Argentina en 1984. Se desempeñó como Coordinadora del
servicio de Orientación Vocacional de la Secretaría de Relaciones Estudiantiles
de la UNR desde 1995 a
2005. Fue diseñadora, coordinadora del programa de Articulación Escuela
Media—Universidad de Rosario. Trabajó en el área de Promusida desde 1995 al año
2005. Trabajó en el Centro de Salud Municipal “Tío Rolo”, en el programa de
prevención y asistencia a las adicciones. Trabaja actualmente en el Centro de
Salud Municipal “Mauricio Casals”.
Nosotros solemos pensar que hablar de transmisión
-producir un “conocimiento” al respecto- por supuesto que no la garantiza, y
tal vez ni siquiera mejore las condiciones para que la misma ocurra. Se trata
de atravesamientos que van más allá de lo que las conciencias declaman. Lo
mismo quizá suceda con las filiaciones, las herencias, las deudas, las
reivindicaciones, las derrotas.
Por supuesto, es necesario afirmar desde dónde se habla, desde dónde se
intenta construir, pero esto hay que subrayarlo con actos. Está claro que a la
facultad, como al país, como a nosotros, la interpelan los 30.000 compañeros
desaparecidos y todos aquellos que en estos años fueron víctimas de las
políticas que el terror vino a sembrar.
Pero están los sobrevivientes: los de la masacre, los sobrevivientes de
las barriadas, las ideas, los sueños…
En fin, nuestra candidata es Liliana Boccardo porque la Masotta , si bien está
conformada por estudiantes y recientes graduados, -el resto de la lista proviene
de nuestras inferiores-, no pertenece al mundillo de la avidez de novedades:
los debates que proponemos tienen historia, ya han tenido lugar. Las banderas
que sostenemos, las sostenemos porque nos sumamos a aquellos que las sostienen o
sostuvieron . Ellos son los que llevamos sobre los hombros, para
tratar de ver más alto y más lejos.
No estamos en posición de receptores de una herencia cerrada; no
enterramos lo que no se cayó. Nuestra posición es la de compartir un espacio
con las generaciones pasadas, con los “pibes” que entran con timidez al
edificio de la facultad, con los músicos de las bandas de cumbia de La Tablada , con los chicos
del espacio de ajedrez, con las maestras jardineras del barrio y con todos los
que nos vamos encontrando en lo que vayamos pudiendo realizar.
La batalla como siempre es discursiva, es cultural.
Y allí nos veremos…
Para finalizar, un viejo concepto:
ciudadanía universitaria. Ejercela y vení a votar el 4 y 5 de abril!
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